jueves, 28 de julio de 2011

"Excusas para no pensar"

Eduardo Punset siempre me ha parecido un hombre interesante. No soy muy de ciencias, me atraen mucho más las letras, pero he de reconocer que la labor de divulgación que está llevando a cabo este hombre es digna de admiración.

Estoy enfrascado en la lectura del último libro de Punset, "Excusas para no pensar". Las poco más de cien páginas que llevo leídas ya me han dejado con la boca abierta en más de una ocasión. Los descubrimientos que los científicos están haciendo sobre cómo funciona nuestro cerebro y los mecanismos que se desarrollan en su interior y que nos hacen tomar decisiones en la vida son el eje principal de la obra. No quiero adelantar mucho más pero algunas frases son demoledoras:

- "Ninguna de tus neuronas sabe quién eres... ni le importa".
- "La felicidad está en la sala de espera de la felicidad".
- "El cerebro, lejos de buscar la verdad, lo que quiere es sobrevivir".
- "El cerebro tiene sexo y los hombres, al contrario que las mujeres, irrumpen en la pubertad más tarde y se comportan toda la vida como si tuvieran doce años".
-...

Esto es sólo un aperitivo, concentrado en unas cuantas decenas de páginas del estupendo ensayo que nos ofrece Punset. Cuando finalice su lectura intentaré transmitir mis conclusiones. Tal vez deberíamos intentar conocer mejor el funcionamiento del ser humano para entender sus muchas contradicciones.

lunes, 18 de julio de 2011

Un lugar mejor

Para llegar a los niveles de podredumbre que exhibe la humanidad a día de hoy, han tenido que hacerse muchas cosas mal a lo largo de la Historia. A esto no se llega de un día para otro. Ocurre que el beneficio de unos -los que ostentan el poder- lleva consigo el perjuicio de otros -el resto de los mortales-. Y como los beneficiados son los que mandan, a los demás que nos den por culo.

Si hacemos un somero repaso a la Historia, comprobamos que el dinero -y el poder comprado con dinero- ha sido motor y causa de la inmensa mayoría de los conflictos habidos y por haber.

Otra de las excusas favoritas del ser humano para liarla ha sido hacerlo en nombre de dios. Las religiones no son más que un invento de la humanidad para ostentar poder y dinero -por parte de los jerarcas de cada religión, acojonando al personal para someterlos a sus más que dudosos dictados éticos y morales-, para hacer más llevadera la innata inseguridad del ser humano y de paso para justificar los innumerables "pecadillos" cometidos por curas, obispos, papas -en el caso de la iglesia católica- y sus equivalentes en el resto de religiones. En nombre de dios se han perpetrado auténticas salvajadas contra hombres, mujeres y niños a lo largo de la Historia pero ahí siguen, seduciendo a millones de personas haciendo uso de las múltiples artimañas que han ido perfeccionando con el paso de los siglos. Y la gente sigue picando. Sobre religión habría mucho que discutir, pero hay cosas que son tan evidentes y están tan documentadas que  el hecho de que la gente siga creyéndolas me produce un poco de vergüenza ajena, pero ahí está la libertad de cada uno de creer en lo que le venga en gana, sea real o inventado.

Retomando el argumento inicial, estoy seguro de que si alguien ajeno a nuestro Mundo llegara a la Tierra alucinaría con el número de hijos de puta que la ocupan. Pero no todo va a ser negativo. Hay buenas personas que merecen que entre todos luchemos por arrebatar el poder a tanta gentuza que lo ostenta y mantenerlos alejados de cualquier cargo en el que tengan el mínimo poder de decisión. El día que lo logremos, la Tierra será un lugar mejor en el que vivir.

viernes, 15 de julio de 2011

Mi debut como lector austeriano

En el grupo de escritura en el que participo decidimos, antes de despedirnos hasta septiembre, intercambiar libros. Para ello, cada uno llevamos un libro, los metimos todos en una bolsa de basura -en ese momento no teníamos otra cosa a mano, qué queréis que os diga- y uno a uno fuimos eligiendo al azar el libro que nos tendríamos que leer.

Mi aportación al trueque fue "En busca del unicornio", de Juan Eslava Galán. A mi me tocó "La música del azar", de Paul Auster. Nunca había leído obra alguna del escritor de Newark y he de confesar que me ha gustado mucho. Mi amigo V me había hablado mucho de este autor y me apetecía leer algo de él. Y sí, me ha encantado el "estilo Auster". Pocas veces he leído algo mejor escrito -en mi opinión- y la historia fluye a través de un lenguaje preciso y manejado con brillantez de recursos. Es de esos autores de los que lees algo y a la vez piensas "qué cabrón, cómo me gustaría escribir como él". En mi debut como lector austeriano, el autor ha aprobado con nota.

Sólo un "pero" -siempre hay un "pero"-. En "La música del azar", la historia que narra es original y está contada con brillantez, pero a mi personalmente no me ha terminado de enganchar. Sin destripar el argumento, puedo contar que presenta personajes que abarcan un amplio espectro de personalidades pero que tienen algo en común: Todos son seres humanos, con sus esperanzas y sus miserias, sus idas y venidas, sus virtudes y sus defectos. Auster refleja a la perfección el perfil de cada personaje pero a mi la historia en sí me ha sabido a poco. Cuestión de gustos, supongo, aunque me quedo con lo bien que escribe este hombre. A quien no haya leído nada de este escritor norteamericano le recomiendo que lo haga; por mi parte no dudo de que volveré a su obra más pronto que tarde.