Una de mis ciudades favoritas de España es, sin duda, León. En general, siento debilidad por toda Castilla-León. Ciudades y pueblos como Salamanca, La Alberca, Ávila, Burgos, El Burgo de Osma, Astorga, Ponferrada o la propia ciudad de León, entre muchas otros lugares, son de mis destinos favoritos cuando busco pasar unos días tranquilos -aunque también hay mucha marcha para el que la busque- y con las dosis necesarias de Historia y por qué no decirlo, gastronomía.
En este nuevo capítulo de lo que pretendo sea una serie dedicada a librerías con encanto que he ido conociendo por toda la geografía española, hoy le toca el turno a la Librería Anticuaria Colegiata de León.
Conocí esta librería hace varios años, en una de mis visitas a la ciudad. Paseando por la zona histórica y callejeando junto a la Colegiata de San Isidoro la localicé en la calle Sacramento. El descubrimiento en realidad no fue tal, tenía truco: ya sabía de la existencia de la librería. Como he comentado en otras ocasiones, siempre que viajo a cualquier pueblo o ciudad me gusta documentarme un poco sobre Historia y monumentos de la ciudad, pero también sobre las librerías que pueda encontrar, especialmente las de viejo de toda la vida.
A un paso de San Isidoro, la Librería Anticuaria Colegiata se presentó ante mí como lo que esperaba encontrar. Anaqueles repletos de libros, de esos que te obligan a mirar el reloj con la esperanza de disponer del tiempo suficiente para recorrerlos todos, remangarte y armarte de paciencia para disfrutar con algún que otro descubrimiento que te haga salir de allí con un buen puñado de libros, de esos que a veces buscas durante años y dabas por imposible y que resulta que allí estaban, esperándote.
Siempre que descubro un lugar así el tiempo desaparece. Entro allí y fuera puede hacer calor, caer chuzos de punta o la nevada del siglo que a mí me da igual. Algo así me pasó allí, junto a la Colegiata de San Isidoro.
Ni que decir tiene que desde entonces, siempre que voy a León, además de visitar la Catedral, San Isidoro, San Marcos y el Barrio Húmedo -no dejéis de ir al bar La Bicha, la mejor morcilla que he probado en mi vida-, entre otros lugares, no puede faltar mi visita a la otra Colegiata, la librería anticuaria -podéis consultar su catálogo aquí-. Además, en mi último paso por allí mi novia y yo hablamos un buen rato con el propietario del local. Nos explicó el sistema de pedidos por internet -todo se moderniza- y nos recomendó algunas lecturas. Como siempre, salí de allí con un buen puñado de libros bajo el brazo e incluso el amable librero regaló a mi novia un ejemplar de Los indiferentes, de Alberto Moravia.
Como dije al principio, siempre me ha gustado León. Ojalá pueda volver pronto y disfrutar paseando por sus calles, visitando sus numerosos monumentos, yendo de tapas por el Barrio Húmedo y, cómo no, regresando a la librería de la calle Sacramento.