En septiembre del año 2010, tuve la suerte de participar en el VI Taller de Escritura de la Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla. Durante tres meses, un grupo de aficionados a la escritura nos reunimos cada lunes para aprender y compartir inquietudes, guiados por el escritor Javier Mije.
Javier nos transmitió su pasión por escribir y nos demostró que detrás del escritor se encuentra una gran persona. Creo que todos los que pudimos disfrutar de su taller recordamos con mucho cariño aquella experiencia.
Recuerdo cómo aquellos desconocidos fuimos creando, poco a poco, unos lazos de unión, tomando como base nuestra afición común, y pasamos a compartir algo más que las sesiones en la biblioteca. Después de las reuniones, empezamos a quedarnos un rato más en un bar cercano, compartiendo cerveza y tertulia sobre cualquier tema, a menudo relacionado con el mundo de la escritura. Aquello fue el germen de algo que aún no sabíamos qué iba a ser, pero el vínculo estaba creado.
Como todo en esta vida, el taller terminó. Pero con él no terminarían nuestras reuniones, ni mucho menos. Los últimos días habíamos estado madurando una idea ilusionante. Con la Navidad muy cerca, decidimos que tras las fiestas nos reuniríamos para intentar organizar la continuidad de nuestras sesiones, emancipados ya de nuestro "maestro" y con nuevas ideas para seguir aprendiendo juntos.
El 10 de enero del pasado año retomamos las reuniones periódicas. Decidimos que nos veríamos lunes alternos. Cada sesión sería coordinada por uno de los participantes, que tendría que hacer al resto una propuesta de lectura y otra de escritura. Creamos una cuenta de correo electrónico para que cada "tallerista" enviara sus textos para ser leídos por el resto y poder ser comentados en la siguiente reunión.
Y así lo hicimos. Cada dos lunes, primero en la biblioteca -gracias a la amabilidad de los responsables del centro, que nos cedieron sus salas para poder reunirnos-, después en el Centro Cívico de La Buhaira -conocido por nosotros como el Desván de los Caballetes- y actualmente de nuevo en la biblioteca, poco a poco fueron surgiendo textos y una nueva idea que nos llenó de ilusión a todos: La publicación de un libro.
A lo largo de todo este tiempo hay compañeros que han ido y venido, algunos ya no están y otros se incorporaron con posterioridad. Yo mismo, por diversos motivos, he tenido que aparcar mi participación en las reuniones, aunque me apetece mucho regresar con el nuevo año, echo de menos las sesiones y a mis compañeros.
La idea de publicar un libro, con algunos de los microrrelatos y relatos que creamos primero en el taller y después en nuestras reuniones, fue tomando forma. Contactamos con varias empresas de edición y finalmente nos decidimos a publicar con
Punto Rojo Libros. Javier, uno de los compañeros del taller, creó la portada y se ha currado más que nadie convertir nuestro sueño común en realidad. Portada, maquetación, correcciones...
Y ayer, por fin, llegó el libro a mis manos y pude confirmar que la espera ha merecido la pena. Su título: "Días de Luna".
La edición ha quedado muy bien, al final se nos ha ido a casi doscientas cincuenta páginas. Javier Mije ha escrito el prólogo, todo un lujo para nosotros. Mientras escribo estas líneas tengo junto a mi uno de los ejemplares del libro. Yo me he quedado con quince ejemplares que casi tengo ya asignados entre familiares y amigos, más un par de ellos que me quedaré yo.
Me ha hecho mucha ilusión ver nuestro trabajo en papel, convertido en libro. Desde aquí quiero dar las gracias a los responsables de la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla y del Centro Cívico de La Buhaira, por permitirnos usar sus instalaciones para nuestras reuniones; a Javier Mije, por su paciencia, sus consejos y por regalarnos un magnífico prólogo; y a cada uno de mis compañeros, tanto a los presentes en el libro -Alicia, Carolina, Fernando, Germán, Inma, Javier, Mariluz, Pilar, Susana y Víctor- como a aquellos que estuvieron y ya no están o a los que se han incorporado después al grupo. De todos y cada uno de ellos es una parte de este libro.
Llega la Navidad, dos años después del término de aquél taller de escritura que dio origen a este libro. Y qué mejor forma de celebrarlo que con este "Días de Luna". Por mi parte, repartiré la mayoría de mis ejemplares -sólo tengo quince, no habrá para todos y bien que lo siento- entre familiares y amigos, espero que disfruten con la lectura de un libro que no es más que el fruto de la ilusión de once "locos" unidos por una afición común: La escritura.