domingo, 27 de julio de 2014

"Los Reyes del Grial", Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Río

Los Reyes del Grial
Margarita Torres Sevilla y
José Miguel Ortega del Río (2014)
Editorial Reino de Cordelia
En marzo saltó la noticia: el auténtico Santo Grial está en León. El titular, cargado del sensacionalismo habitual en estos casos, podría haber pasado como uno más entre muchos. No en vano, cada cierto tiempo aparece una noticia de impacto sobre un espléndido descubrimiento que, casi siempre, termina por demostrarse como un equívoco o un fraude.

Aquella historia, no obstante, parecía distinta a las demás. Llegaba de la mano de Margarita Torres Sevilla, Doctora en Historia Medieval y profesora en la Universidad de León; y José Miguel Ortega del Río, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid. Ambos publicaron la pasada primavera el libro que traigo hoy a mi blog: Los Reyes del Grial (editorial Reino de Cordelia).
Margarita Torres y José Miguel Ortega,
durante la presentación de la obra
El libro de Torres y Ortega no es un libro más sobre el Grial. Como suele ocurrir con este tipo de investigaciones históricas, todo comenzó con un hallazgo afortunado. Pero vayamos por partes...

El arabista Doctor Gustavo Turienzo Veiga localizó, primero en la Biblioteca Nacional de Egipto (2006) y después en la Biblioteca Al-Azhar de El Cairo (2010), unos pergaminos en los que se hace referencia al Cáliz de la Última Cena. Gracias a la traducción de los textos y a la investigación posterior efectuada por Margarita Torres y José Miguel Ortega, basada en fuentes documentales escritas tanto cristianas como islámicas, podemos conocer el fascinante periplo del Cáliz a través de la Historia.

Según las fuentes cristianas la Copa permaneció en Jerusalén, en concreto en el complejo del Santo Sepulcro, al menos hasta el siglo IX. Las islámicas hacen referencia al periodo convulso que se vivió en Tierra Santa en los siglos X y XI y lo cerca que estuvo de perderse la reliquia para siempre.

Los documentos localizados por Turienzo Veiga han completado el puzzle, 10 siglos después:
Anverso del primer pergamino
La Copa fue regalada por el califa fatimí de Egipto Al-Mustansir a la taifa de Denia (en Alicante), en agradecimiento por su apoyo durante la gran hambruna que asoló Egipto en el año 1054. El sultán de Denia Ali Iqbal al-Dawla, a su vez, la envió al rey de León Fernando I para reforzar la paz. De este modo, la Copa se encuentra desde el siglo XI en la capital leonesa.

En algún momento tras la consagración de la Basílica de San Isidoro, fechada en el año 1063, el Cáliz llegó al templo isidoriano, custodiándose en él hasta nuestros días siendo conocido como el Cáliz de doña Urraca, hija de Fernando I.
Reverso del primer pergamino
Otros documentos apoyan la tesis del Grial leonés, como aquellos que afirman que fue arrancada de la Copa una esquirla por sus supuestos poderes curativos. Ni que decir tiene que coincide con una esquirla que le falta al cáliz de doña Urraca...

Torres y Ortega hacen un repaso también a las pinturas del Panteón de la Basílica de San Isidoro, en las que puede contemplarse el Grial en manos de José de Arimatea (escena de la Crucifición) y también en manos de un curioso personaje llamado Marcialis Pincerna, también conocido como Marcial el Copero (escena de la Última Cena).
Imagen del segundo pergamino
La obra se completa con un repaso a algunos de los otros griales (hay más de 200), un estudio de los textos musulmanes que propiciaron la investigación, más de 350 notas y una extensa bibliografía.

Al contrario de lo que suele ocurrir en este tipo de ensayos, Los Reyes del Grial es un libro ameno, con profusión de datos, bien documentado y muy didáctico.

A buen seguro se llevarán a cabo nuevas investigaciones sobre este tema. No obstante, los argumentos presentados por los historiadores españoles se apoyan en una sólida documentación, difícil de rebatir. 

Hay quienes defienden que el Grial es mucho más que un cáliz o una copa. Sin entrar a valorar las indudables implicaciones religiosas que tiene el tema, la apasionante investigación de Margarita Torres y José Miguel Ortega puede cambiar la historia, si no lo ha hecho ya, de una búsqueda histórica milenaria.

martes, 22 de julio de 2014

"Las alas de las hormigas", Carlos Martín

Las alas de las hormigas
Carlos Martín (2013)
ExLibric (2014)
Esta es una historia basada en hechos reales: Hace algunos años, mi vida era muy distinta a la de ahora. Aunque siempre he sido consciente, o precisamente por eso, de que casi todo lo que nos llega a través de políticos y medios de comunicación es mentira, llegó el día en que comencé a informarme a fondo de cómo funcionan las cosas. Mi salud, que siempre había sido buena, empezó a resentirse.

Acúfenos, síncopes, parestesias, cefaleas... Confluyeron varias circunstancias en mi vida que aumentaron mis niveles de estrés y ansiedad más de lo deseable. Hoy sigo arrastrando todo aquello, pero estoy recuperando el equilibrio emocional que nunca debí perder.

El truco para soportar la realidad que nos rodea, hoy lo sé, está en informarse sin dejar que lo que se descubra, por muy terrible que sea, afecte a nuestra salud. Un consejo para lograrlo: hay que reírse de todo y de todos. Es necesario ser conscientes de las cosas que pasan, ser sensibles ante el sufrimiento humano, pero no podemos permitir que la información nos destruya.

A mediados de junio, la editorial ExLibric sorteó un ejemplar de Las alas de las hormigas. Tuve la suerte de que me tocara y a los pocos días me llegó el libro a casa. Después de dar buena cuenta de algunas lecturas pendientes, el pasado fin de semana leí el ensayo de Carlos Martín.

Las alas de las hormigas es un libro necesario. Gran parte de la información que el autor comparte en él era conocida por mí ya que, como indiqué antes, desde hace algunos años atravieso mi propio proceso de concienciación. En cualquier caso, la labor de síntesis llevada a cabo por el autor es muy acertada, los contenidos que pone a disposición del lector interesantes y estoy seguro de que ayudará a abrir los ojos a quienes se acerquen a su obra.

El miedo es un arma poderosa que han utilizado a lo largo de la Historia dirigentes políticos, religiosos y financieros para atenazar a la población. La inconciencia debe dar paso a la conciencia y para lograrlo, Martín aporta datos que es posible que muchos no conozcan. Aunque el autor se cuida de calificar de presunciones algunas de las informaciones que refleja en el libro, creo que no anda nada desencaminado en muchas de sus afirmaciones.
Pero vayamos por partes. El prólogo del libro, firmado por el propio Carlos Martín, me parece todo un acierto. He escrito este libro para vencer, subyugar, conquistar, dominar, ganar, someter, derrocar, reducir, aniquilar, aplastar y derrotar al miedo, afirma el autor.

El miedo. Siempre me ha resultado muy curiosa, por no decir terrible, la capacidad del ser humano de auto-anularse. Cuando algo no encaja con aquello que nos han inculcado a través de la manipulada educación que sufrimos, nuestro cerebro hace saltar las alarmas y tiende a rechazar cualquier afirmación que ponga en peligro el statu quo impuesto. Estamos programados para ello.

Institucionalización, moldeadores, camino de baldosas amarillas... son términos que suelo utilizar a la hora de describir la realidad impuesta. Y es que por desgracia Goebbels tenía razón con aquello de que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad.

El 11-S, las teorías de Noam Chomsky, el poder de los bancos, el Nuevo Orden Mundial, el lobby farmacéutico, la eugenesia, el control de los alimentos, las bombas genéticas, los chemtrails, el calentamiento global... Son muchos los temas que aborda Carlos Martín en su libro, para dedicar la última parte a su idea de concienciación, a cómo una sociedad temerosa y adormilada puede (y debe) evolucionar hacia el despertar.

Solo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas. Esta célebre frase de Miguel de Unamuno es utilizada por el autor como proclama para transmitir al lector la importancia del despertar. En contra de lo que pueda parecer por los temas espinosos que aborda, el libro deja como regusto un poso de esperanza. Las hormigas aladas no son una opción y la cuestión no es si será una realidad o no, sino cuándo daremos el paso.

Las alas de las hormigas es un buen ejemplo de que la información puede ser utilizada de forma constructiva, muy al contrario de lo que nos ofrecen a diario los medios de comunicación. Carlos Martín ha condensado en las 354 páginas de su ensayo una valiosa información, a través de una escritura sin artificios y muy fluida. Ofrece algunas respuestas y provoca muchas preguntas, persiguiendo que el lector continúe la búsqueda tras la lectura.

Toca abrir los ojos y dotar de alas a las hormigas. Ese es el empeño de Carlos Martín y ese debe ser nuestro objetivo.

viernes, 18 de julio de 2014

"Luna: APOGEO", Rubén Azorín

Luna: APOGEO
Rubén Azorín (2014)
Conocí la primera novela de Rubén Azorín a través de su cuenta de Twitter. Compré la versión digital y el propio autor tuvo la amabilidad de enviarme un ejemplar en papel a mi domicilio. Así pues, la lectura de Luna: APOGEO la he completado a dos bandas: versión papel en casa y digital fuera, por aquello de no llevar el tocho de más de 400 páginas a cuestas.

Hay libros que hacen dudar del criterio de algunos editores. Luna: APOGEO ha sido auto-publicado por su autor debido a las dificultades a la hora de encontrar una editorial tradicional, de las de toda la vida, que se comprometiera a sacarlo al mercado. Sé que son innumerables los manuscritos de autores noveles que llegan a las editoriales y que estas no dan abasto para leerlos y valorarlos en su justa medida. Imagino que esa es una de las razones para que el de Azorín no haya encontrado su hueco en el catálogo de alguna de esas editoriales que, todo hay que decirlo, a veces publican (en mi opinión) libros de una calidad ínfima.

La auto-publicación de esta novela, en cualquier caso, ha supuesto un rotundo éxito para su autor. Entre sus logros más importantes están haber sido número 1 en Ciencia Ficción y Top 10 entre los libros más vendidos de Amazon España, llegando a alcanzar en algunos momentos el Top 4. Sus ventas superan a día de hoy las 2000 copias y Literaudio producirá la novela en audiolibro con más de 10 actores.

Azorín cuenta la historia del grupo de científicos del Proyecto de Medición Lunar Láser que, al margen de los gobiernos, tratan de anticiparse y combatir una inminente catástrofe que guarda mucha relación con sucesos pasados y con nuestro mítico (y místico) satélite.

La de Rubén Azorín es una novela de ciencia ficción narrada de forma que el lector tiene que decidir dónde termina la ciencia y dónde comienza la ficción. El autor hace un esfuerzo por no desvelar la verdadera trama de la obra desde el principio. Bajo la típica amenaza de una catástrofe inminente, va destapando subtramas hasta dar a conocer el argumento principal.

Por encima de todo, el gran acierto de esta novela reside en que es muy entretenida. La distribución de los capítulos mantiene al lector siempre alerta y con ganas de más. El autor logra elevar la tensión narrativa siempre que es necesario y la historia avanza a buen ritmo, sin pausa, desde los diferentes puntos de vista aportados por cada uno de los personajes, bien perfilados y todos con su cuota de protagonismo correspondiente.

La llegada del Hombre a la Luna y el secretismo oficial respecto a algunas cuestiones no ha hecho más que acrecentar el interés por nuestra inseparable compañera. Rubén Azorín está empeñado en convertir a nuestro satélite en protagonista y este es su espléndido debut: ciencia ficción con una base muy bien documentada para crear, a partir de ahí, una trama que atrapa al lector.

Luna: APOGEO es el primer libro de una trilogía que tendrá su continuación en Luna: NUEVO MUNDO y Luna: PERIGEO.

lunes, 14 de julio de 2014

VDM: Sugerencias para la temporada 2014-2015

Como sabéis, podéis seguir escuchando Voces el Misterio durante el verano a través de Ivoox (aquí). De cara a la próxima temporada, que dará comienzo en septiembre, me gustaría saber qué temas queréis que tratemos en el programa. 

Internet en general y las redes sociales en particular permiten llevar a cabo experimentos como este: la interacción es más posible que nunca y queremos saber qué casos, qué historias o leyendas os gustaría que tuvieran cabida en nuestro programa. No importa que sean casos conocidos o desconocidos; temas generales o casos locales de vuestro pueblo, ciudad o país; de cualquier temática relacionada con el misterio: enigmas históricos, ciencia, arte, literatura, ovnis, religión, conspiraciones, casas encantadas, criptozoología... Todas las sugerencias que me hagáis llegar serán anotadas y tenidas en cuenta a la hora de preparar los contenidos para la próxima temporada.

Las vías de contacto son las siguientes:

- A través de este blog, dejando un comentario en esta entrada.
- Correo electrónico a escritosdeunhereje@hotmail.com
- A través de mi cuenta de Twitter: @IsmaelFCP

Os animo a participar en este experimento de interacción. Vuestra opinión es muy importante para seguir mejorando día a día.

viernes, 11 de julio de 2014

El meteorito de Sikhote-Alin

El 12 de febrero de 1947 amaneció despejado en las montañas de Sikhote-Alin. Situadas a unos 400 kilómetros al noreste de Vladivostok (Rusia), nada hacía presagiar lo que iba a ocurrir minutos después de las 10:30 horas, en concreto a las 10:38, hora local.

Una bola de fuego surgió en el cielo. Su estela completó una trayectoria descendente de Norte a Sur antes de impactar con el suelo ruso. Una tremenda explosión, acompañada por un ruido atronador, pudo oírse a cientos de kilómetros a la redonda. La estela de humo permaneció visible durante varias horas.

El meteorito de Sikhote-Alin es uno de los más estudiados de la Historia. Fueron varias las expediciones que se acercaron al lugar en busca de sus restos. Localizaron numerosos cráteres en la zona donde cayó; la mayoría de los cálculos realizados estiman que entre 70 y 100 toneladas de fragmentos pudieron alcanzar el suelo, de los que se ha recuperado menos de la mitad.

Un artista local llamado Medvedev se disponía aquella mañana a pintar el paisaje cuando fue testigo de la caída del meteorito. Impresionado por lo que acababa de ver, inmortalizó aquella escena en el siguiente cuadro:
Esta imagen fue utilizada en 1957 para conmemorar el décimo aniversario de la caída de meteorito. Este fue el sello que se emitió a tal efecto:
Es posible que os estéis preguntando por qué traigo hoy a mi blog esta historia. Tiene su explicación...

Mi hermano estuvo hace un par de semanas en España. Conocedor de mis aficiones, me hizo un regalo muy especial: un pequeño fragmento... del meteorito de Sikhote-Alin. Lo primero que me llamó la atención, además de su aspecto, fue el peso. Es un fragmento muy pequeño, pero su peso parece excesivo para su tamaño. La explicación a este fenómeno es sencilla: el meteorito de Sikhote-Alin está compuesto en un 93 % de hierro.
El meteorito de Sijoté-Alín se clasifica como un meteorito metálico que pertenece al grupo químico IIAB y con estructura de octahedrita gruesa. Se compone aproximadamente del 93% de hierro, 5'8% níquel, 0'42% cobalto, 0'46% fósforo y 0'28% de azufre, con trazas de galio, germanio e iridio. También se ha detectado la presencia de taenita, plessite, pirrotina (troilite), cromita, camacita (kamacite) y schreibersita.

Es alucinante pensar los millones de kilómetros que recorrió el trozo de meteorito que tengo ahora en mi mano. Su origen más que probable es el cinturón de asteroides, una región del Sistema Solar comprendida aproximadamente entre las órbitas de Marte y Júpiter. Alberga multitud de objetos irregulares denominados asteorides o planetas menores.

Me pregunto cuántas sorpresas nos deparará la exploración espacial. El ser humano tiene la patética tendencia de creerse el centro del Universo; basta echar un vistazo a la inmensidad de este para ser conscientes de lo erróneo de dicho planteamiento.

El pequeño trozo del Sikhote-Alin ya está en mi modesta colección de objetos y libros relacionados con mi afición por los misterios y enigmas del Universo. Un enorme puzzle que cada día acumula muchas preguntas y pocas, muy pocas respuestas. Habrá que seguir buscando...

lunes, 7 de julio de 2014

Una noche de investigación inesperada

Hay días en los que uno sabe que algo va a pasar. Es difícil explicar el por qué de esa certeza, pero así es. Sin saber qué va a pasar, uno parece esperar lo inesperado. El ser humano es pura contradicción.

El jueves tuvo lugar la presentación de 99 lugares encantados donde pasar la noche en vela (Editorial Cúpula), nuevo libro del escritor, investigador, tertuliano de La Rosa de los Vientos y director de la revista Enigmas Lorenzo Fernández Bueno. El acto se celebró en la librería Casa del Libro de Sevilla y Lorenzo estuvo acompañado por José Antonio Colinet, Laura Falcó y el director del programa Voces del Misterio, José María García Bautista.
99 lugares encantados donde pasar la noche en vela
Lorenzo Fernández Bueno (2014)
Libros Cúpula
La presentación fue magnífica y el público asistente llenó la sala donde se celebró. Lorenzo Fernández eligió 10 de los lugares incluidos en su libro que más le han marcado: el Castillo de Berry Pomeroy, el Palacio Ca'Dario, Jamaica Inn, el Hotel Salto de Tequendama... Para terminar, el autor mostró un vídeo de su visita al Castillo de Bran, en Transilvania (Rumanía) y compartió algunas de las anécdotas vividas durante el viaje.

Tras el acto, Lorenzo departió durante unos minutos con los presentes y firmó ejemplares de su libro. Hasta aquí, nada fuera de lo habitual en eventos de este tipo.

Algunos de los asistentes acompañamos después a Lorenzo y a Laura a la plaza del Salvador, donde tomamos una tapas y disfrutamos de una agradable conversación. Poco a poco el grupo quedó reducido a siete miembros: mi compañero de Voces del Misterio José David Flores, Lorenzo Fernández, Laura Falcó, tres chicas que habían acudido a la presentación (Lorena, Luisa y Bibi) y yo.

Durante la improvisada charla surgieron muchos temas relacionados con el misterio: libros clásicos y polémicos como El enigma sagrado, investigaciones de los compañeros del grupo GPS, lugares clásicos como la Capilla de Rosslyn, personajes tan pintorescos como Erich von Däniken (Lorenzo recordó la exclusiva que obtuvo del propio Däniken en 1992 sobre la Cueva de los Tayos); hablamos de radio y televisión, de Chelston House, el último libro de Laura Falcó... Pasamos un rato muy agradable, aunque la noche no había hecho más que comenzar.
Chelston House
Laura Falcó (2014)
Dolmen Editorial
Lorenzo y Laura querían conocer la capilla de San Onofre, situada en Plaza Nueva. Después de visitarla, en condiciones normales el grupo se hubiera disuelto y aquí paz y después gloria. Pero no. Como dije al comienzo de este artículo, hay días (en este caso, noches) en los que sin saber bien por qué uno intuye que no va a quedar ahí la cosa.

David, como no podía ser de otra forma, sugirió visitar un lugar que de haberlo conocido antes tal vez Lorenzo lo hubiera incluido en su libro 99 lugares donde pasar miedo: las bases abandonadas de San Pablo, unas antiguas instalaciones militares a las afueras de la ciudad, cerca del aeropuerto.

Todos nos mostramos muy receptivos. Lorenzo Fernández, pese a que tenía que coger un avión por la mañana, se mostró entusiasmado con la idea y no dudó en subir a la habitación de su hotel para cambiarse. Laura Falcó fue más valiente y no dudó en apuntarse a la aventura con vestido blanco y tacones. Eran más de las 12 de la noche y allá que nos fuimos, dispuestos a disfrutar de una inesperada sesión de investigación.

La experiencia fue muy interesante. De madrugada, con un único coche para los siete que quedábamos, David tuvo que ir y venir para llevarnos a todos hasta el lugar en cuestión. Una vez allí, decidimos entrar en primer lugar en el edificio que en su día fue una escuela.

Completamente a oscuras, iluminados tan solo por los móviles y una pequeña linterna que llevaba David en el coche, entramos en el edificio. Impresionaba el juego de luces y sombras que nos recibió, el silencio casi total, el estado ruinoso de las instalaciones, los graffitis que adornan las paredes y los restos de antiguos asentamientos. En el hospital, por ejemplo, localizamos un cordel del que aún colgaban ropas puestas a secar, abandonadas como todo en aquel lugar...
Ropas abandonadas en la escuela
Pusimos en marcha unos aparatos de medición y registro que llevaba Laura en su bolso. En concreto una grabadora, un par de detectores de movimiento y un instrumento muy curioso que responde al nombre de P-SB7 Spirit Box

Este último ofreció unos resultados muy interesantes. Algunas de las respuestas que surgieron del altavoz incorporado nos impresionaron bastante por su coherencia y claridad. Quien me conoce sabe que dentro del mundo del misterio soy más afín a otro tipo de enigmas y siempre he sido bastante escéptico en lo que se refiere a apariciones, fantasmas, psicofonías... Pero lo cierto es que desde hace unos años, en concreto desde que conocí a mis compañeros de Voces del Misterio (personas cuya honestidad y profesionalidad están fuera de toda duda), compruebo a diario que hay experiencias muy difíciles de explicar de forma racional.

Por ejemplo, las respuestas coherentes y en apariencia inteligentes que surgieron de ese altavoz. A preguntas concretas, respuestas concretas. Siempre del mismo ser, en el mismo tono. En la escuela, una voz de mujer. En el hospital, la voz de un hombre. Tras realizar la pregunta, siempre que se iba a producir una respuesta las interferencias que recogía la Spirit Box quedaban suspendidas durante una fracción de segundo; en ese momento se producía la respuesta, para volver a oírse después las inconfundibles señales de AM o FM.
P-SB7 Spirit Box
Laura se afanó en obtener información de aquello que parece habitar el lugar. Hizo numerosas preguntas, obteniendo algunas respuestas bastante impresionantes. Por ejemplo, en el primer edificio en el que estuvimos, del altavoz surgió una voz (o lo que fuera) que comenzó a responder en inglés. David, siempre atento, recordó que aquellas bases fueron, con el beneplácito del dictador Francisco Franco, ocupadas en su momento por militares norteamericanos...

Mientras, colocamos los detectores de movimiento y estuvimos atentos a cualquier anomalía que pudiera surgir en aquel lugar ya de por sí bastante anómalo. Lorenzo tuvo un pequeño percance con uno de los detectores de movimiento, pero esa es otra historia...

Más respuestas concretas y coherentes. Cuando Laura preguntó por el nombre de nuestra interlocutora, del altavoz surgió de forma clara un nombre propio de mujer: Kate. Más aún: tras preguntar si alguien en el lugar hablaba español y obtener una respuesta afirmativa, quisimos saber cuántos seres había en el lugar donde nos encontrábamos. La respuesta surgió de forma instantánea: cuatro.

Esta última pregunta la realizamos en varias ocasiones y siempre surgía del altavoz y de forma casi inmediata la misma respuesta: cuatro.

Después de la visita a la escuela, nos dirigimos (con dificultades, ya que la visibilidad era casi nula, el terreno escarpado y no llevábamos ropa ni calzado adecuados, por lo improvisado de la aventura) hacia el hospital. Un lugar conocido como el Sanatorio de los Muertos, en el que muchos afirman haber sido testigos de la aparición de sombras y siluetas oscuras recorriendo los pasillos. También ha sido reportada en varias ocasiones la presencia de una figura espectral de una niña de unos 10 años. Curiosamente minutos antes, desde la escuela, Laura nos dijo que le había parecido ver una sombra en el piso superior de ese edificio. Ni que decir tiene que ella no sabía que se trataba del hospital...
Vista diurna del hospital
Continuaron las preguntas. En ese lugar fue la voz de un hombre la que parecía responder con desgana. Parecía molesto, algo no iba bien. Laura decidió reiniciar la Spirit Box. Al conectarla de nuevo, de forma inmediata y sin haber realizado pregunta alguna surgió una voz masculina profiriendo una sola palabra en tono imperativo: ¡aprovechad!

Decidimos hacer dos preguntas más. A la pregunta ¿os estamos molestando?, la respuesta fue clara: . Tras obtener la misma al preguntar si querían que nos fuésemos, decidimos no tentar la suerte y salir de allí. David recordó en ese momento el mal rato que pasó en aquel mismo lugar durante una visita anterior, cuando sintió cómo algo le oprimía la garganta. Dicha sensación desapareció de forma súbita cuando salió del edificio.

El ambiente distendido que había imperado hasta ese momento se vio momentáneamente truncado por la inquietud que nos transmitieron esos últimos mensajes. No obstante la salida del hospital, con nuestra nueva sesión de cardos clavados en piernas y pies, al atravesar de nuevo el tramo campestre hasta el coche, no significó el final de nuestra improvisada noche de investigación.

Nos detuvimos en un edificio situado junto al coche y decidimos hacer una última inspección. No sabemos qué utilidad tuvo en su momento. Las paredes, adornadas por unos azulejos que en su día imagino que serían azulados, semejaban una zona de duchas, enfermería o similar. Podría ser, ya que se trata de un edificio anexo al hospital, pero queda pendiente confirmar este extremo. Lo único cierto es que en el mismo momento en el que pusimos un pie dentro, todos tuvimos un mal presentimiento. Laura fue la única que lo comentó en voz alta, pero en el fondo todos nos sentimos incómodos allí; una sensación distinta a la experimentada en los edificios anteriores.

Cuando conectamos de nuevo el aparataje, las respuestas en aquel lugar parecían distintas. Oímos lo que parecía una voz de mujer. Tal vez más de una. Al acceder a una sala contigua, las voces se transformaron en gritos. No sabemos qué pudo ocurrir allí, pero la sensación era bastante desagradable. Algunos agujeros permitían intuir una especie de sótano, pero el suelo de la estancia tenía un aspecto muy inestable y decidimos no ir más allá para evitar posibles accidentes.

Esta es la crónica de una inesperada sesión de investigación. Regresamos a la ciudad con la sensación de haber sido testigos de algo fuera de lo común. No sé qué puede ser, pero hay cosas que escapan a toda lógica en aquel lugar. A la espera de comprobar qué ha podido quedar registrado en las grabaciones realizadas, todos los presentes disfrutamos de una noche divertida, en buena compañía y con resultados tan sorprendentes como inesperados.