Estos son 8 de los 10 libros de No Ficción más vendidos en un conocido centro comercial sevillano, a día 23 de agosto de 2014:
- Las gafas de la felicidad, Rafael Santandreu.
- Gente tóxica, Bernardo Stamateas.
- Los 88 peldaños del éxito, Anxo Pérez.
- El arte de no amargarse la vida, Rafael Santandreu.
- Cien días de felicidad, Fausto Brizzi.
- Destroza este diario, Keri Smith.
- Un lugar llamado destino, Javier Iriondo.
- El mundo en tus manos, Elsa Punset.
Tal vez os estéis preguntando a qué viene poner una lista de libros que, no nos engañemos, no tienen nada que ver con mis gustos. Posiblemente no leeré jamás ninguno de ellos, y no puedo opinar sobre su calidad porque simplemente no me atraen en absoluto, pero si los traigo a mi blog es por la sorpresa que me llevé el pasado sábado cuando descubrí esta lista en dicho centro comercial.
Hace algunos años, las listas de libros más vendidos de No Ficción estaban copadas por ensayos de Historia, de política y biografías. A día de hoy el desánimo y la inseguridad, provocados por la situación que estamos atravesando desde hace algo más de un lustro (eufemísticamente calificada de delicada coyuntura socioeconómica), ha provocado un cambio de tendencia.
Si hace años los grandes exponentes de la autoayuda eran Paulo Coelho o Jorge Bucay, en los últimos tiempos han salido de debajo de las piedras innumerables autores que pretenden convencer a los lectores de las bonanzas de sus métodos.
Es evidente que las ventas respaldan la publicación de este tipo de libros, que a mí personalmente no me atraen nada pero que entiendo que tiene su público. La gente se aferra a un clavo ardiendo y los libros de autoayuda prometen el oro y el moro, en la mayoría de las ocasiones sin ninguna base sólida, pero eso parece ser lo de menos.
Al fin y al cabo, el cerebro humano inventó las religiones para evitar el estrés que le provocan su inseguridad innata y el miedo a lo desconocido.
Ahí está la lista para confirmar el cambio de tendencia. El 80 % de los libros más vendidos de No Ficción han dejado de ser ensayos históricos o biografías de destacados personajes de la Historia. Las preocupaciones de la gente se centran en los problemas del día a día, en la sensación de falta de control e impotencia que provoca la tan cacareada crisis. La proliferación de libros de autoayuda es, en mi opinión, un daño colateral más de esta. Tan triste como cierto.