Bosque Mitago
Robert Holsdtock (1984)
Ediciones Gigamesh
Con el paso de los años, he desarrollado un escepticismo creciente a la hora de enfrentarme a la lectura de libros considerados obras maestras o clásicos de la literatura. La suspicacia va en aumento cuando el libro en cuestión es bautizado desde su publicación con la etiqueta de clásico moderno.
Una obra maestra para algunos puede ser basura para otros y viceversa, aunque es cierto que hay libros que son ensalzados (o por el contrario, denostados) por una amplia mayoría. Yo suelo mantener una distancia prudencial respecto a todas esas opiniones, ya sean favorables o no, y espero a la lectura del libro para formarme una opinión propia. De este modo, me he sorprendido a mí mismo detestando libros que para la inmensa mayoría son imprescindibles, mientras que me han gustado otros sobre los que había leído malas reseñas. No obstante, en muchas ocasiones suelo coincidir con la mayoría, todo hay que decirlo.
Hace unos meses, la causalidad (no creo en la casualidad) puso en mi camino una novela que desde su aparición fue marcada con la sugerente coletilla de clásico moderno: Bosque Mitago (1984), del escritor inglés Robert Holdstock.
Paseando por el centro de Huelva con mi mujer, entramos en una librería para comprar un regalo para uno de nuestros sobrinos, de 12 años. Buscábamos un libro de fantasía o ciencia ficción y nos dejamos aconsejar por uno de los libreros, un chico joven que enseguida dio muestras de controlar esos géneros a la perfección.
Nos mostró varias opciones interesantes y al final nos decidimos por un libro de la editorial Gigamesh titulado En costas extrañas (1987). Un clásico de piratas obra de Tim Powers, autor de la celebrada Las puertas de Anubis (1983).
Aprovechando que era evidente que estaba ante un experto en el tema, pedí al librero que me recomendara algún libro de género fantástico o de ciencia ficción que pudiera ser interesante para mí. Sus sugerencias fueron dos: Bosque Mitago, de Robert Holdstock; y Stalker, Picnic extraterrestre o Picnic en el camino (1972), de los hermanos Strugatski, Borís y Arcadi.
Dicho y hecho. Me decidí por la novela de Holdstock (la de los Strugatski no me cabe duda de que la leeré pronto) y puedo asegurar sin miedo a equivocarme que el sello de clásico moderno que se le atribuye está más que justificado.
Bosque Mitago apareció por primera vez en forma de relato en 1981, aunque fue en 1984 cuando se publicó como novela. Holdstock fue galardonado por esta obra con el Premio BSFA de novela, otorgado por la Asociación Británica de Ciencia Ficción; y con el Premio Mundial de Fantasía. Su éxito dio origen a una serie de novelas bajo el título de Ciclo Mitago.
La II Guerra Mundial ha terminado. Steven Huxley regresa a Refugio del Bosque, la casa familiar en Herefordshire (Inglaterra). Las cosas han cambiado mucho desde su partida. Su padre, George, ha muerto y su hermano Christian parece haber tomado el relevo de este en el estudio del misterioso bosque Ryhope, limítrofe con la hacienda de los Huxley.
Los diarios de George Huxley revelan la existencia en el bosque de los mitagos, seres que entroncan con los mitos y leyendas ocultos en el inconsciente colectivo del ser humano. Christian, obsesionado con profundizar en el conocimiento de los secretos que esconde el bosque, se interna en él y Steven, ante la larga ausencia de su hermano, parte en su busca acompañado del piloto Harry Keeton. Ambos serán protagonistas de múltiples aventuras en las que harán su aparición toda clase de mitagos, desde la bella guerrera Guiwenneth, personaje clave en la trama, hasta un ser primitivo denominado Urscumug, Urshacam o Urshucum, muy ligado al a historia de George Huxley; pasando por la tribu de los shamiga; Kushar, la narradora de la vida; Sorthalan, Billy Frampton, Bicho; torres, castillos, embarcaciones, piedras míticas y todo un elenco de personajes que guiarán a Steven y Keeton tras la pista de Christian.
La obra se divide en tres partes. La primera sirve de presentación de los personajes principales y del entorno, así como de introducción a los trabajos de George Huxley y a la historia que se desarrollará posteriormente. Los personajes están bien definidos y no es necesario conocer la mitología o las leyendas en la que se basa el autor para reconocer las características principales de cada uno de ellos.
La incursión de Christian en el bosque y la aparición en escena de Guiwenneth marcan la segunda parte, mientras que la tercera narra el periplo de Steven y Harry Keeton a través del bosque, donde descubrirán el mundo mágico que encierra y una serie de lugares y personajes inolvidables.
Holdstock ha sabido armar una historia fascinante en la que se dan cita seres y lugares que poseen una cualidad común: de una u otra forma, y pese a sernos desconocidos, son reconocibles por todos. A medida que avanza la lectura, la sensación de que existe un hilo invisible que nos conecta con esos personajes y lugares míticos es cada vez más intensa; en mi opinión, este es uno de los grandes logros del autor.
Son incontables los detalles que hacen a este libro distinto a muchos otros. La creación de los mitagos es uno de ellos. ¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de haber captado algo por el rabillo del ojo? Según Holdstock, la primera fase de la creación de un mitago se manifiesta mediante la sensación de ver pasar a nuestro lado lo que él llama el pre-mitago, siendo captado solo por el rabillo del ojo, sin posibilidad aún de visión directa. En fases posteriores la corporeidad del mitago se hará sólida y visible a simple vista, hasta el punto de poder interactuar con él.
En el género fantástico el escritor pone las reglas, Holdstock juega sus cartas con indudable maestría y sabe mezclar con acierto historia, folclore británico, mitos y leyendas. No obstante, si alguien espera una novela fantástica al uso no la va a encontrar en Bosque Mitago, una rareza con entidad propia. Recomiendo al lector que se deje llevar por la desbordante imaginación de escritor inglés; es hora de acompañar a Steven y Harry en su periplo por las profundidades del bosque Ryhope.
A veces, solo a veces, no tengo más remedio que posicionarme en el lado de la mayoría. Y esta es una de ellas: Bosque Mitago es un clásico moderno por derecho propio. Que lo disfruten.
Paseando por el centro de Huelva con mi mujer, entramos en una librería para comprar un regalo para uno de nuestros sobrinos, de 12 años. Buscábamos un libro de fantasía o ciencia ficción y nos dejamos aconsejar por uno de los libreros, un chico joven que enseguida dio muestras de controlar esos géneros a la perfección.
Nos mostró varias opciones interesantes y al final nos decidimos por un libro de la editorial Gigamesh titulado En costas extrañas (1987). Un clásico de piratas obra de Tim Powers, autor de la celebrada Las puertas de Anubis (1983).
Aprovechando que era evidente que estaba ante un experto en el tema, pedí al librero que me recomendara algún libro de género fantástico o de ciencia ficción que pudiera ser interesante para mí. Sus sugerencias fueron dos: Bosque Mitago, de Robert Holdstock; y Stalker, Picnic extraterrestre o Picnic en el camino (1972), de los hermanos Strugatski, Borís y Arcadi.
Dicho y hecho. Me decidí por la novela de Holdstock (la de los Strugatski no me cabe duda de que la leeré pronto) y puedo asegurar sin miedo a equivocarme que el sello de clásico moderno que se le atribuye está más que justificado.
Bosque Mitago apareció por primera vez en forma de relato en 1981, aunque fue en 1984 cuando se publicó como novela. Holdstock fue galardonado por esta obra con el Premio BSFA de novela, otorgado por la Asociación Británica de Ciencia Ficción; y con el Premio Mundial de Fantasía. Su éxito dio origen a una serie de novelas bajo el título de Ciclo Mitago.
La II Guerra Mundial ha terminado. Steven Huxley regresa a Refugio del Bosque, la casa familiar en Herefordshire (Inglaterra). Las cosas han cambiado mucho desde su partida. Su padre, George, ha muerto y su hermano Christian parece haber tomado el relevo de este en el estudio del misterioso bosque Ryhope, limítrofe con la hacienda de los Huxley.
Los diarios de George Huxley revelan la existencia en el bosque de los mitagos, seres que entroncan con los mitos y leyendas ocultos en el inconsciente colectivo del ser humano. Christian, obsesionado con profundizar en el conocimiento de los secretos que esconde el bosque, se interna en él y Steven, ante la larga ausencia de su hermano, parte en su busca acompañado del piloto Harry Keeton. Ambos serán protagonistas de múltiples aventuras en las que harán su aparición toda clase de mitagos, desde la bella guerrera Guiwenneth, personaje clave en la trama, hasta un ser primitivo denominado Urscumug, Urshacam o Urshucum, muy ligado al a historia de George Huxley; pasando por la tribu de los shamiga; Kushar, la narradora de la vida; Sorthalan, Billy Frampton, Bicho; torres, castillos, embarcaciones, piedras míticas y todo un elenco de personajes que guiarán a Steven y Keeton tras la pista de Christian.
La obra se divide en tres partes. La primera sirve de presentación de los personajes principales y del entorno, así como de introducción a los trabajos de George Huxley y a la historia que se desarrollará posteriormente. Los personajes están bien definidos y no es necesario conocer la mitología o las leyendas en la que se basa el autor para reconocer las características principales de cada uno de ellos.
La incursión de Christian en el bosque y la aparición en escena de Guiwenneth marcan la segunda parte, mientras que la tercera narra el periplo de Steven y Harry Keeton a través del bosque, donde descubrirán el mundo mágico que encierra y una serie de lugares y personajes inolvidables.
Holdstock ha sabido armar una historia fascinante en la que se dan cita seres y lugares que poseen una cualidad común: de una u otra forma, y pese a sernos desconocidos, son reconocibles por todos. A medida que avanza la lectura, la sensación de que existe un hilo invisible que nos conecta con esos personajes y lugares míticos es cada vez más intensa; en mi opinión, este es uno de los grandes logros del autor.
Son incontables los detalles que hacen a este libro distinto a muchos otros. La creación de los mitagos es uno de ellos. ¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de haber captado algo por el rabillo del ojo? Según Holdstock, la primera fase de la creación de un mitago se manifiesta mediante la sensación de ver pasar a nuestro lado lo que él llama el pre-mitago, siendo captado solo por el rabillo del ojo, sin posibilidad aún de visión directa. En fases posteriores la corporeidad del mitago se hará sólida y visible a simple vista, hasta el punto de poder interactuar con él.
En el género fantástico el escritor pone las reglas, Holdstock juega sus cartas con indudable maestría y sabe mezclar con acierto historia, folclore británico, mitos y leyendas. No obstante, si alguien espera una novela fantástica al uso no la va a encontrar en Bosque Mitago, una rareza con entidad propia. Recomiendo al lector que se deje llevar por la desbordante imaginación de escritor inglés; es hora de acompañar a Steven y Harry en su periplo por las profundidades del bosque Ryhope.
A veces, solo a veces, no tengo más remedio que posicionarme en el lado de la mayoría. Y esta es una de ellas: Bosque Mitago es un clásico moderno por derecho propio. Que lo disfruten.
1 comentario:
Otro de los géneros que aún me quedan por explorar. Buena recomendación
Publicar un comentario