miércoles, 24 de agosto de 2016

Cuatro años y cuatro meses

Es difícil explicar qué se siente cuando uno es consciente del paso del tiempo. Hace unos días, mientras paseaba por la ciudad inglesa de Kingston upon Hull (o Hull, a secas), tuve una extraña sensación. Pese a que todo el centro estaba levantado por obras (la ciudad ha sido elegida Ciudad de la Cultura en UK 2017 y están adecentando las calles), todo estaba más o menos igual que siempre. En ese momento me di cuenta de algo que hasta entonces solo había sido un runrún en mi mente: era la tercera vez que visitaba la ciudad, pero desde la última que estuve allí había pasado mucho tiempo, algo en lo que no había reparado hasta entonces: cuatro años y cuatro meses, es decir, más de mil quinientos días.

Me cuesta verbalizar las sensaciones que me invadieron al ser consciente de ello. Creo que en mi cerebro saltó ese mecanismo de defensa sobre el que he escrito en otras ocasiones (aquí, por ejemplo). El caso es que aparqué los pensamientos incómodos que recorrían mi mente y decidí disfrutar al máximo del viaje. Lo conseguí.

Sobre la ciudad de Hull escribí en su momento artículos como El precio de las cosas, 1941: El bombardeo de Kingston upon Hull y Diario de ruta por los pubs de Kingston upon Hull. Pese a la mala fama que ha tenido siempre en Inglaterra Yorkshire en general y Hull en particular (Hull is dull, Hull es soso, es un dicho muy popular en el país), lo cierto es que es una ciudad agradable e interesante, al menos en mi opinión. Estoy seguro de que la designación como Capital Cultural inglesa 2017 dará un impulso a una zona que, si es cierto que no ha sido bien tratada por los avatares del tiempo (otro dicho popular para referirse a sus habitantes es tough guys, tipos duros), ha sabido llevar con buen humor un sambenito que ha marcado el caracter hulleño (el gentilicio es de mi cosecha). Mis reflexiones al respecto las vertí en las más de ciento cincuenta páginas que componen el diario de mi anterior visita, algunas de las cuales creo más prudente omitir.

Conocer bien la ciudad me ha permitido dedicar más tiempo a pasear por ella y visitar algunos de los lugares que aún no conocía. Mi próximo artículo será una continuación del Diario de ruta por los pubs de Kingston upon Hull, que en esta ocasión incluirá cinco pubs de Hull más tres invitados: uno de Robin Hood´s Bay y dos de Liverpool. En cuanto tenga un rato me pondré manos a la obra.

viernes, 19 de agosto de 2016

Más 'Crónicas de la Gran Bretaña', pronto

Hoy hace 10 días de mi regreso a España, después de pasar otros tantos en Inglaterra. En mi tercera visita a los hijos de Gran Bretaña he estado en lugares increíbles sobre los que espero ser capaz de escribir algo más pronto que tarde, pero no me va a resultar fácil.

He tenido que dejar pasar unos días para empezar a aclarar qué deseo contar y qué prefiero que permanezca tan solo en mi memoria. Hace tiempo descubrí que hay lugares donde puedo desenfundar mi cámara y sacar cientos de fotografías, pero estas jamás reflejan ni de lejos qué siento al estar allí. Soy consciente de ello al regresar y repasarlas; me gustan, me traen buenos recuerdos, algunas son muy buenas (mérito de la cámara, no mío), pero les falta alma. En ellas no encuentro ni rastro del momento, de aquello que me llevó allí y de las sensaciones vividas in situ.

He decidido dividir los artículos por temas: ciudades y pueblos (Hull, Beverley, Robin Hood´s Bay, Whitby, Lincoln, Liverpool y Chester), librerías (he podido visitar un buen número de ellas; algunas las busqué y otras me encontraron a mí) y pubs (Hull, Robin Hood´s Bay y Liverpool).

Esta vez cuento con una dificultad añadida: en mis anteriores visitas a Inglaterra, escribí un diario que me ayudó después a elaborar los artículos incluidos en mis Crónicas de la Gran Bretaña. En esta ocasión no voy a contar con esa ayuda, ya que el hecho de viajar con mi familia y haber visitado tantos lugares apenas me han dejado tiempo y fuerzas para escribir, así que serán mi memoria y las fotografías (para eso sí que son muy útiles) las que me servirán de guía para ordenar los recuerdos y ponerlos negro sobre blanco.

Aunque tendré que compaginarlos con otros quehaceres, espero tener listo el primer artículo pronto. ¿Ciudad? ¿Pueblo? ¿Librerías? ¿Pubs? Aún no lo he decidido, pero ya me recorre ese cosquilleo que uno siente cuando tiene algo que contar. Y creedme si os digo que hay lugares que, pese a no ser demasiado conocidos, merecen una buena visita.

martes, 16 de agosto de 2016

De vuelta

El viernes 29 de julio salí de trabajar a las 23 horas. Estaba cansado, pero con unas ganas tremendas de irme de vacaciones. A la mañana siguiente mi mujer y yo teníamos un largo y esperado viaje por delante.

Dos semanas después, toca volver. He disfrutado mucho y en los próximos días escribiré sobre ello; he visitado lugares increíbles y lo mejor de todo, en muy buena compañía. Ahora es tiempo de volver al trabajo y retomar proyectos pendientes.

Hull, Beverley, Robin Hood´s Bay, Whitby, Lincoln, Liverpool, Chester... han sido los lugares que he tenido la oportunidad de visitar en esta ocasión. Inglaterra me parece un país fascinante y bastante desconocido más allá de las grandes ciudades. Paisajes y pueblos muy recomendables en los que he podido conocer parte de su historia a través de sus monumentos y también, cómo no, gracias a sus librerías... y pubs.

Dejar Sevilla en pleno verano rozando los 40 grados de temperatura y aterrizar en Leeds horas después con 12 no tiene precio, creedme. Desde el sábado 30 de julio hasta el martes 9 de agosto he descansado, paseado, viajado, escrito, leído, comido, bebido y disfrutado acompañado de mi mujer, mis padres y mi hermano. Han sido unos días muy bien aprovechados y en las próximas semanas intentaré escribir sobre ello, en especial de algunos lugares que merecen ser visitados y de algunas situaciones que merecen ser contadas.

Respecto a los proyectos pendientes, agosto es un mes propicio para madurarlos. El final del verano se acerca (temperaturas aparte, es una época del año que nunca me ha gustado) y con él un otoño que espero que sea muy productivo en todo lo relacionado con la radio y los libros.

Viajar produce un efecto reparador en la mente y en el cuerpo, no me cabe duda. Cada día me cuesta más volver, pero siempre hay motivos para seguir buscando los cambios necesarios que permitan desterrar las cosas que uno no quiere en su vida. Ese es el camino y habrá que recorrerlo.