miércoles, 24 de julio de 2019

Días EXtraños 02x46 (y sección Libros Extraños)

El fenómeno ovni es real. Así lo creo. No obstante (siempre hay un pero), no tengo ni idea de su origen. Lo que sí parece claro es que los servicios de inteligencia de determinados países se han beneficiado durante muchos años de la creencia en dicho fenómeno para utilizar a ufólogos, contactados, testigos e investigadores como herramientas para alcanzar sus fines. Estoy seguro de que no son pocos los experimentos secretos que han logrado ocultar gracias a maniobras de distracción y confusión relacionadas con los ovnis. Ese es el tema central del último programa de la temporada de Días EXtraños (de la temporada regular, ojo, que durante el verano podéis seguir disfrutando de material inédito). En concreto, Santi Camacho trata el interesante tema de Los ovnis de la Guerra Fría.

Además, Fran Contreras habla de un tema que dio mucho que hablar en su momento. En junio de 1981, Amparo Cuevas afirmó que en la finca de Prado Nuevo, del municipio madrileño de El Escorial, se le había aparecido la Virgen de los Dolores sobre un fresno. A partir de entonces el lugar se convirtió en el centro de reunión de multitud de personas que buscaban un contacto con la divinidad y la polémica estaba servida.

Y a partir del minuto 85 abrimos nuestra particular biblioteca para ofrecer la decimocuarta entrega de la sección Libros Extraños. En esta ocasión, Santi y yo hablamos de dos obras muy particulares, como no podía ser de otra forma.

Empezamos con la novela El último hombre (1826). Mary Shelley, más allá de Frankenstein, se atrevió con esta extraña distopía postapocalíptica que fue olvidada durante casi un siglo y medio, siendo rescatada por los historiadores en la década de los sesenta del siglo pasado.

Además, comentamos la novela El anacronópete, del escritor español Enrique Gaspar y Rimbau. Publicada en 1887, en ella aparece la que posiblemente sea la primera máquina del tiempo de la literatura, ocho años antes de que Herbert George Wells publicara su celebérrima La máquina del tiempo (1895).

Por último, citamos un par de webs donde libreros independientes recomiendan libros, dos prácticas herramientas con las que descubrir buenas lecturas para este verano.

La sección literaria del programa volverá, junto con el resto de secciones y nuevas sorpresas, la próxima temporada (la tercera) de Días EXtraños. Mientras, podéis disfrutar del material que Santi ha preparado para este periodo estival (DEXconexión e Historias de verano).

A continuación, os dejo los enlaces a los audios de la sección y del programa completo. ¡Que los disfrutéis!

Programa completo:
Sección Libros Extraños:

lunes, 8 de julio de 2019

Tiempo de cambios


Llegas a casa. Algo remueve tu interior; no eres capaz de verbalizar qué ocurre, pero sientes la necesidad de encender el ordenador y ponerte a escribir. Abres el navegador y revisas la bandeja de entrada de tu correo electrónico, esperando ese mensaje que sabes que tal vez nunca recibirás. Cumplido el trámite, abres Word y Spotify. Últimamente no te gusta escribir en silencio, necesitas algo de música, nada estridente, para enlazar unas palabras con otras. Te decides por el grupo norirlandés The Divine Comedy. Qué ironía; en los últimos años, más de los que hubieras deseado, has pasado por fases en las que te has sentido en el purgatorio y en el infierno, pero tu paraíso, siempre lo has dicho, está en las pequeñas cosas. Respiras hondo y decides que vas a plasmar negro sobre blanco aquello que tienes dentro y que lucha por salir desde hace tiempo.

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El 18 de junio de 2019, martes, cerraste definitivamente una etapa profesional que comenzó 13 años antes, en julio de 2006. Unos años muy largos con buenos, muy buenos y malos, muy malos momentos, los últimos de los cuales te han costado una salud que intentas recuperar.

Todo comenzó a finales de 2012. El mundo no acabó el 21 de diciembre de aquel año, tal como algunos defendían que los mayas habían dicho, pero la tan traída y llevada crisis global, que hasta entonces tus compañeros y tú habíais podido esquivar, llegó a tu vida unos meses antes. Y lo hizo gracias a una empresa que decidió, como tantas otras, aumentar sus beneficios a costa de la salud de sus empleados. Tú tenías entonces 34 años y una salud de hierro. Todo iba a cambiar en unos meses…

Todos tenemos un punto de inflexión en nuestras vidas. Si lo pensáis bien, seguro que cada uno descubrís el vuestro. En caso de no haber llegado a ese punto, suerte. El tuyo, al menos esa es la percepción que tienes, tuvo lugar la madrugada del 1 al 2 de diciembre de 2012. Aquella noche despertaste con un nuevo compañero no deseado. Pensabas que a la vecina se le había ocurrido poner la lavadora a las 5 de la madrugada, pero no; esos ruidos estaban dentro de tu cabeza y al día siguiente te confirmaron que lo que tenías eran acúfenos.

A partir de ese momento fueron apareciendo nuevos síntomas y tu salud se fue deteriorando día a día, mes a mes y año a año: síncopes, dolores musculares, cefaleas, migrañas, temblores, nódulos, manchas en la piel, problemas digestivos, trastornos del sueño, ansiedad, hipertensión, intolerancia a ruidos y luz… Dos ingresos hospitalarios y decenas de pruebas médicas después, en las que pasaste un miedo terrible pensando que podías sufrir mil y una enfermedades graves, degenerativas o terminales, llegó el diagnóstico: Síndrome de Sensibilidad Central (SSC).

Los médicos insistían: tu trabajo tiene todas las características que hacen empeorar los síntomas del SSC, decían. El estrés que te provocó el deterioro de tus condiciones laborales había sido sin duda uno de los principales desencadenantes de todo y tenías que tomar una decisión: o el trabajo o tú. Es triste tener que dejar un empleo por salud y más aún que cueste tanto que te reconozcan un diagnóstico que durante años fue esquivo, pero que a día de hoy es tan claro. En cualquier caso, has dado el paso y ahora quieres creer que has tomado la decisión correcta.

No puedes negar que estás preocupado. No ya solo por tu salud, sino también por lanzarte al vacío de la incertidumbre por lo que vendrá. Quedarte en paro con tu edad (cumpliste 41 años hace un par de días) y con el panorama laboral que te rodea, no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Pero dicen que la salud es lo primero y por una vez estás de acuerdo con la mayoría.

También dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y en esas estás. El SSC te limita en cuanto a que la aparición e intensidad de los síntomas son impredecibles y en las fases de crisis tienes que parar, pero hay muchas cosas que puedes hacer. Algunas llevas haciéndolas muchos años y estás decidido a seguir aprendiendo y a dedicarles todo el tiempo que sea necesario. Lo que antes era solo una afición para ti se ha convertido, casi sin darte cuenta, en algo mucho más importante: una corrección aquí, un artículo allá, una reseña acullá, colaboraciones con varias editoriales, grabación de las secciones de los programas de radio con los que colaboras,… Te gusta lo que haces y quieres seguir por ese camino.

En estos momentos te encuentras mejor de salud. Las crisis provocadas por el SSC siguen apareciendo y desapareciendo, es una enfermedad crónica que te acompañará siempre, pero hay ciertas pautas que ayudan a minimizar, en la medida de lo posible, los síntomas: buena alimentación, ejercicio moderado (largas caminatas, gimnasio varios días a la semana), la menor exposición posible a ruidos y estrés, descanso suficiente… En definitiva, cosas de sentido común que sabes que le vienen bien a cualquiera, pero que en tu caso son si cabe más necesarias para evitar que el SSC te limite más de lo justo y necesario.

Todo esto te lleva a pensar en el ritmo de vida que nos obligan a llevar. No nos damos cuenta de dónde estamos metidos (falta de sueño, mala alimentación, exposición a ruidos y contaminación, exigencia, estrés, agotamiento físico y mental) hasta que nuestro cuerpo levanta la mano y pide parar, advirtiéndonos que de lo contrario nos obsequiará con una bonita cuchara canjeable por un sótano sin vistas en el cementerio más cercano. En casos como el tuyo, la advertencia te ha obligado a tomar medidas drásticas como dejar el empleo que has desempeñado durante los últimos 13 años. Una decisión complicada, pero necesaria.

Después de dar el paso sientes alivio y preocupación al mismo tiempo, aunque la primera emoción supera en mucho a la segunda. Te sientes liberado y pese a la incertidumbre, ilusionado por lo que está por venir. Durante años estuviste bloqueado, con problemas de salud y una astenia permanente. Ahora los problemas de salud siguen ahí, pero sientes que ya no te controlan a ti, sino tú a ellos, y cada día que pasa estás más convencido de haber tomado la decisión correcta.

No eres nadie para dar consejos a los demás y sabes que cada uno tiene sus circunstancias particulares, pero quieres gritar bien alto, a quien quiera escuchar, que hay que prestar atención a lo que nuestro cuerpo (y nuestra mente, aunque por desgracia esta está bien entrenada para hocicar) nos transmite. Es mucho más sabio de lo que creemos.

Podrías extenderte hasta el infinito y más allá, pero no lo harás. Aquello que se removía en tu interior al llegar a casa te ha llevado a escribir más de mil palabras para expresar algo que necesitaba salir. Ya está fuera. Ahora toca seguir adelante; sabes que hay muchas cosas interesantes por hacer, estás dispuesto a hacerlas todas y sientes que estás preparado. No tienes más que decir.

Feliz verano a todos.

viernes, 5 de julio de 2019

Fin de temporada de La linterna de Utrera (últimas secciones literarias)

Aquí tenéis las secciones literarias de los últimos jueves de la temporada de La linterna de Utrera. Son muchos los libros que recomendamos, entre los que destacan Quién teme a la muerte, de Nnedi Okorafor (Crononauta); Rialto, 11, de Belén Rubiano (Libros del Asteroide); El Director, de David Jiménez (Libros del K.O.); El asesino vive en el 21, de S. A. Steeman (Siruela); Rebelión 20.06.19, de Javier Miró (Triskel); El universo de Agatha Christie, de Juan José Montijano Ruiz (Diábolo Ediciones); y Contar es escuchar, de Ursula K. Le Guin (Círculo de Tiza), entre otros. ¡Hasta la próxima temporada!
190509 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 35:50) 
 
190530 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 39:10)
 
190606 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 32:25)
 
190613 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 21:15)
 
190620 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 26:10)

190627 La linterna de Utrera
(a partir del minuto 23:25)